La prisa, el deseo de bajar o simplemente la distracción son las causas más frecuentes por las que, cuando se viaja, es fácil olvidarse de los objetos personales a bordo de los ferris, aviones, trenes y autobuses.
Las estadísticas muestran que 1 de cada 3 personas ha olvidado a bordo de un ferry, avión o tren, un efecto personal al menos una vez en su vida. ¿Cuáles son los objetos que se dejan con más frecuencia? En el top 10 surgen carteras, maletas y mochilas, cargadores, tabletas y teléfonos inteligentes, chupetes para niños, neceseres, paraguas, libros o lectores electrónicos, bufandas y cuencos para perros. Sin embargo, si olvidar uno de estos objetos no es nada inusual, ¿cuáles fueron los efectos personales más extraños encontrados por el personal de bordo? ¡Guitarras, ropa interior, pero también dentaduras postizas y esterillas para yoga!
Pero, ¿qué hacer una vez que me de cuenta de que he olvidado algo importante a bordo? ¡No te asustes! El primer paso es acudir inmediatamente a la oficina de información o a la recepción del ferry. Si, por el contrario, la pérdida solo se detecta en el momento del desembarque, es necesario, según la modalidad prevista por la compañía naviera, ponerse en contacto inmediatamente con la compañía de navegación interesada enviando un correo electrónico o rellenando el formulario específico que se puede descargar del sitio web del transportista. Es importante indicar todos los datos del viaje, como la fecha y hora de salida y el número de camarote o asiento utilizado, y hacer una descripción exhaustiva del objeto perdido. Para la casi totalidad de los transportistas, se ha previsto un servicio dedicado a este tipo de problema que permite al personal intervenir rápidamente, realizando las búsquedas oportunas. En ningún caso, ninguna compañía naviera será responsable de lo ocurrido y tendrá que pagar una indemnización en caso de que no se encuentre.
El transportista no puede ser considerado en modo alguno responsable de robos, pérdidas, extravíos y daños de ningún tipo de objetos, ni siquiera de objetos de valor como joyas, documentos, manuscritos, instrumentos musicales, pinturas y dinero. Algunas compañías navieras ofrecen la posibilidad de depositar objetos de valor, colocados en sobres o paquetes sellados, en cajas de seguridad especiales, si las hay, o entregarlos al Comisario de Bordo. Además, está estrictamente prohibido acceder al garaje del buque durante toda la travesía, por lo que se recomienda llevar consigo todo lo necesario para el viaje y todo lo que se considere valioso; la compañía naviera no se hace responsable de los posibles robos y daños a los objetos y equipajes guardados en los vehículos de pasajeros. Además, por motivos de seguridad, no se aceptará a bordo ningún equipaje, paquete o bulto que no vaya acompañado por un pasajero.
Los objetos encontrados a bordo que, por el contrario, no se reclaman se conservan durante un período limitado, dependiente de cada empresa individual, que varía entre dos semanas y seis meses, en las oficinas portuarias o en las oficinas de la Autoridad del aeropuerto. Al final de este período, los objetos perdidos pueden ser transferidos a un almacén .