En el sector del transporte, puede ocurrir que un viaje se cancele por razones ajenas a la empresa que presta el servicio.
Sucede, especialmente en los sectores aéreo o ferroviario, que imprevistos como condiciones meteorológicas adversas o fallos técnicos pueden retrasar la salida regular de un transportista o incluso cancelar su viaje. Estas circunstancias también pueden afectar, aunque con menor frecuencia, al transporte marítimo, por lo que las disposiciones del Reglamento UE nº 1177/2010 del Parlamento Europeo introducen, también en este sector, formas de protección para los pasajeros que se vean afectados por estas incidencias.
Sólo la compañía naviera, así como el capitán del buque, tienen derecho a modificar horarios y rutas o a aplazar una salida si no se dan las condiciones para garantizar el desarrollo seguro y regular del viaje.
Entonces, ¿qué hay que hacer en estos casos y, sobre todo, qué procedimientos son necesarios para hacer valer los derechos del consumidor?
En caso de anulación de un viaje, la compañía marítima está obligada bien a reembolsar al pasajero el importe cobrado, bien a ofrecerle una alternativa útil sujeta en cualquier caso a la aceptación del cliente. El reembolso sólo se refiere a la parte del billete efectivamente no utilizada, es decir, se confirma únicamente en el trayecto afectado por la anulación o la modificación por la propia compañía naviera.
Además, esta última no se hace responsable de los daños o perjuicios consecuentes causados por la anulación o modificación de la salida. En este caso concreto, ni la compañía naviera, ni el intermediario al que se compró el billete, podrán ser considerados responsables de los costes de los trayectos no efectuados y de las conexiones perdidas, así como de los gastos adicionales ocasionados.
Es importante tener en cuenta que, antes de viajar, siempre es conveniente comprobar que la compañía naviera no ha introducido cambios en el horario o la ruta reservados, aunque cualquier modificación será comunicada rápidamente por el proveedor del servicio.
En caso de cancelación de una travesía, el primer paso es ponerse en contacto con la taquilla del puerto e informarse sobre el procedimiento correcto para obtener el reembolso; por lo general, el primer paso consiste en hacer estampar en el billete un certificado que indique que el viaje ha sido cancelado, mediante, por ejemplo, un sello o una firma.
No obstante, un requisito previo para obtener el reembolso es hacer la solicitud a la mayor brevedad, ya que la devolución de las cantidades pagadas no se produce automáticamente.